FENG SHUI Y ARQUITECTURA SAGRADA
Tal vez quienes más escribieron sobre este tema fueron los autores chinos. Al arte de indagar las energías de un determinado lugar por la forma del paisaje le llamaron Feng Shui
EL FENG SHUI
Feng, o Fong en otras grafías, es "viento", y Shui "agua", por lo que esta ciencia, nos sugiere lo importante que es la Naturaleza, la forma que adopta para indicarnos las energías que allí hay. Sin embargo, no sólo la forma del paisaje será importante, también los vientos reinantes, las orientaciones y ciertas influencias astrológicas, elementos todos que medían con una brújula especial y bastante complicada que suele recibir el nombre de brújula geomántica.Los chinos no levantaban ninguna construcción, mucho menos si ésta era un templo, sin que el geomante indicara el lugar más adecuado para levantarlo, o sin que señalase aquellos elementos que, por medio de la construcción o la decoración, podían contrarrestar las influencias negativas del lugar. En algunos países, como EE.UU., se ha hecho bastante común que algunos negociantes, cuando su empresa tiene pocos clientes, acudan a un geomante chino que a menudo, con sólo unos retoques en la decoración, logra dar un giro positivo a ese negocio. Puede ser la moda y la atracción por todo lo extraño de nuestros últimos tiempos, pero también puede ser que sea eficaz.
El método y aplicaciones prácticas del Feng Shuiproceden, sobre todo, de la dinastía Song (1126-1278). La energía de la Naturaleza que los hindúes llamaron Prana, los egipcios Ank y los chinos Qui, se expresa por unas leyes concretas. Esas leyes u orden es lo que en China llamaron Li, que se expresaba, tal y como nos dice hoy la Física, según unas leyes matemáticas que llamaron Shu, dando unas formas concretas a la Naturaleza, formas que llamaron Ying (no confundir con el Yin, de la dualidad Yin-Yang o femenino-masculino). En el Feng Shui, por lo tanto, la energía se manifiesta según unas leyes, con unas proposiciones matemáticas, y adoptando unas formas concretas, es decir, modelando el paisaje.
Si revisamos los lugares más energéticos del Feng Shui, veremos que se repiten en la geografía sagrada de muchas culturas y por supuesto de la nuestra.
Por ejemplo, en un terreno de ondulaciones suaves o llano (yin en el lenguaje chino) el lugar más adecuado para una construcción será aquel en que haya una mayor elevación, tal y como ocurre a menudo en los páramos castellanos, en que las iglesias se suelen levantar sobre la única colina que haya en la zona. Por el contrario, en un terreno muy abrupto y montañoso (Yang), el lugar más adecuado será aquel en que haya unas ondulaciones más suaves y lisas, un valle, tal y como se suelen encontrar muchas iglesias en zonas de sierra y de montaña.
Lineas Rectas o Quebradas
El Feng Shui insistía mucho en que no se debía construir al lado de líneas rectas o quebradas, por lo que se opusieron con fuerza, durante la colonización inglesa, a la construcción de carreteras y de las vías del ferrocarril, especialmente en algunas zonas, aunque la influencia "negativa" de estos elementos también puede ser salvada, sin demasiada dificultad, teniendo en cuenta algunas leyes. Tampoco se debía construir al lado de piedras o rocas sueltas, salvo que estuviesen cubiertas de vegetación; de hecho, insistían mucho en que las montañas y colinas eran más beneficiosas cubiertas de árboles, en un sentido ecológico que se entronca con el esoterismo y con lo mágico.
Las formas de las montañas
Las Formas de las montañas tenían una enorme importancia. Los cinco elementos (Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua) tuvieron una importancia clave, expresándose en la Naturaleza, en las estaciones, planetas, colores, órganos del hombre, etc. Así, por ejemplo, las montañas cónicas y puntiagudas estaban en relación con el elemento Fuego y con el planeta Marte, como en Puenteviesgo (Cantabria).
Otras montañas tienen una forma alargada, alta y algo plana por arriba de manera que, de lejos, parecen un gigantesco tocón de madera, como los Mayos de Siglos en Aragón. Estas montañas están asociadas al planeta Júpiter y al elemento Madera.
Las hay que, después de elevarse, la cima muestra una llanura más o menos extensa y plana, y se asocian al planeta Saturno y al elemento Tierra. Otras tienen una cima almenada, como Les Encantats en el Lago San Mauricio (Pirineo Catalán), y se relacionan con el planeta Mercurio y el elemento Agua.
Montaña Importante
Pero tal vez la montaña más importante, por ser su influencia siempre positiva, es la redondeada, parecida a la cónica pero con una cima más suave; se asocia al planeta Venus y al elemento Metal, aquel que tiene que ver con la chispa espiritual del hombre. Es interesante que en distintas culturas se construyeron colinas artificiales con esta forma: también en la Prehistoria, como se puede ver en muchos dólmenes, como el famoso de Antequera, y esto no sólo es debido a que es una forma en que resulta fácil acumular la tierra. Los chinos construyeron también muchas colinas artificiales con esta forma redondeada (también con muchas otras, según les interesase para compensar y armonizar las energías del paisaje).
Todo esto tenía también influencia sobre el clima, pues cada elemento estaba en relación con un tipo de fenómeno meteorológico: la Madera con el viento, el Fuego con el calor, la Tierra con la humedad, el Metal con la sequedad y buen tiempo y el Agua con el frío.
Las Grandes Energias de la Naturaleza
Las dos grandes energías de la Naturaleza, Yang-Dragón Azul- y Yin-Tigre Blanco- también tienen una importancia vital en el paisaje, y su combinación es muy importante para decidir dónde realizar una construcción. Si nos situamos mirando al Sur, el lugar más adecuado será aquel en que las montañas más altas (Yang) queden a nuestra izquierda, y las más suaves (Yin) a nuestra derecha. El punto propicio será el lugar donde se encuentren las dos energías, primando algo más la Yang. En caso de duda, el mejor lugar es el más apartado y recatado. Encontramos varias ciudades, en el mundo y en España, con esta excelente situación, pero de las que yo conozco tal vez una de las más significativas es Granada. Allí, si nos colocamos mirando hacia el Sur, veremos a la izquierda de la ciudad la cadena más alta de montañas y Sierra Nevada, y encontraremos a la derecha ondulaciones mucho más suaves.
ARQUITECTURA SAGRADA
La Arquitectura Sagrada pretende canalizar las energías del lugar de la manera adecuada para procurar una elevación del hombre, no sólo situando los templos en el mejor sitio, sino utilizando la forma de la construcción como una caja de resonancia para amplificar los sonidos del alma.Varios números y formas tienen una importancia primordial en estas arquitecturas: el cuatro, manifestado en el cuadro o en el cubo; el ocho, manifestado en el octógono, y el cero o infinito, manifestado en la esfera.
Un templo frecuente en el cristianismo, y por lo tanto en España, es el de planta octogonal. Se utilizó exclusivamente como templo funerario o bautismal -baptisterio-, es decir, para la salida y entrada a la vida. Fue uno de los templos predilectos de los templarios. Tal vez el más famoso en Europa sea el Baptisterio de Florencia, con las Puertas del Paraíso de Lorenzo Ghiberti; pero en España tenemos también algunos ejemplos muy importantes de templos octogonales, dos de ellos templarios, como el de Eunate en Navarra, y el de Veracruz en Segovia. Otras veces encontraremos plantas octogonales en torres y otros anexos, reforzando la importancia del número ocho. ¿Por qué?
Todos los pueblos antiguos concibieron una Divinidad superior, a la que dieron distintos nombres y que Plotino, de una manera muy adecuada, llamó lo Uno por estar por encima de toda manifestación. De este Uno surge una primera dualidad (Yin y Yang), que es el número Dos. Y aquí empezamos a jugar un poco con números. El Dos tendrá relación con el mundo material y manifestado, y el Uno con el mundo espiritual e inmanifestado. Sin embargo tendremos que utilizar un número que esté en relación con lo espiritual dentro de nuestro mundo. El Uno no puede ser porque es inmanifestado, por lo que tendrá que ser el primer número impar que, no siendo el Uno, será el Tres. Por lo tanto, las combinaciones del Dos y el Tres serán la clave.
Cuando el mundo material (Dos) está animado por el mundo espiritual manifestado (Tres), sus posibilidades no aumentan de una forma normal, no se suman, sino que se potencian, y dos elevado a tres es, precisamente, ocho. Por eso el número Ocho es aquél que representa las posibilidades de nuestro mundo material cuando está animado por lo espiritual.
Todo esto queda perfectamente reflejado en el I Ching: el Yin fue expresado con una línea quebrada _ _ , mientras que el Yang con una línea entera ___; es la dualidad, el número Dos. Combinados en grupos de tres tenemos ocho posibilidades diferentes, los ocho trigramas que a menudo se representaban alrededor de una tortuga; ésta es un símbolo de la unión del Cielo y la Tierra; la Tierra era su base plana, y el Cielo el caparazón cóncavo. Estos ocho trigramas representan ocho grandes leyes o posibilidades de la Materia potenciada por el Espíritu: Creatividad, Receptividad o Devoción, Movimiento, Profundidad, Aquietamiento, Penetración, Adhesión o Claridad Interior y Serenidad o Felicidad.
Estos ocho trigramas son como ocho grandes potencias, pero en el mundo manifestado se combinan de dos en dos, sumando 6 líneas cada combinación, que son los 64 hexagramas del I Ching, que representan las leyes del cambio y de la mutación, o transformación, en el mundo manifestado, pues I Ching quiere decir, precisamente, Libro de los Cambios. Si reducimos este número, 64, por medio de la suma pitagórica tendremos 6 + 4 = 10; y 1 +0 = 1: otra vez el Uno, lo Uno. Es decir, que todas las posibles leyes de la Naturaleza cambiante nos vuelven a llevar, siempre, a lo Uno de lo que proceden.
Tal vez esto suponga demasiada explicación, pero resulta básica para entender un poco la gran importancia del número Ocho y por tanto del Octógono. Pero hay otra simbología más material, pues el número cuatro es el segundo número par y está vinculado con las posibilidades del mundo material. La circunferencia está relacionada con Dios y con lo espiritual. De alguna manera, una circunferencia es un polígono de infinitos lados, por lo que entre el cuadrado y ese polígono perfecto que es la circunferencia, el primer paso es el octógono.
La planta más corriente en nuestras iglesias es la de cruz latina. Si la observamos, nos damos cuenta de que es un cubo desarrollado; si tuviéramos una caja cuadrada y pudiéramos "desarmarla", obtendríamos una cruz latina. Así, la planta de una iglesia de este tipo es en realidad un cubo. Sobre la parte "central", en realidad en el segundo cuarto, se coloca una semiesfera, una cúpula que recuerda ese mundo espiritual y divino. Y para pasar a esa cúpula, entre el cubo y la esfera, encontraremos siempre un octógono que "realiza el paso".
El cubo, la esfera y el octógono, son tal vez los tres elementos más importantes en nuestra Arquitectura sagrada. Un apasionante enigma arqueológico, matemático y simbólico.
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