Luna sobre el agua.
Siéntese en soledad.
Siéntese en soledad.
Si las aguas están apacibles, la luna se reflejará perfectamente. Si nos apaciguamos, podemos reflejar perfectamente lo divino. Pero si nos ocupamos exclusivamente en las frenéticas actividades de nuestras tareas diarias, si buscamos imponer nuestros esquemas al orden natural, y si nos quedamos absortos en nuestras opiniones egocéntricas, la superficie de nuestras aguas se vuelve turbulenta. Entonces no podemos ser receptivos al Tao.
No existe ningún esfuerzo que podemos hacer para apaciguarnos. la verdadera calma llega naturalmente de los momentos de soledad en los que dejamos que nuestra mente se asiente. Así como el agua busca su propio nivel, la mente gravita hacia lo sagrado. El agua turbia por el barro se asentará si no se la perturba, y así también se asentará la mente si se le permite estar en calma.
Ni la luna ni el agua hacen esfuerzo alguno para logra su reflejo. Del mismo modo, la meditación será natural e inmediata.
No existe ningún esfuerzo que podemos hacer para apaciguarnos. la verdadera calma llega naturalmente de los momentos de soledad en los que dejamos que nuestra mente se asiente. Así como el agua busca su propio nivel, la mente gravita hacia lo sagrado. El agua turbia por el barro se asentará si no se la perturba, y así también se asentará la mente si se le permite estar en calma.
Ni la luna ni el agua hacen esfuerzo alguno para logra su reflejo. Del mismo modo, la meditación será natural e inmediata.
Deng Ming-Dao
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