Maestro Matias Mugen

Entrevista con Matías "Mu Gen": Un Maestro del Qi Gong y el Kung Fu Interno

En un mundo cada vez más rápido y desconectado, Matías "Mu Gen" emerge como una figura singular. No es simplemente un maestro de artes marciales o un Maestro de Qi Gong. Mu Gen es la encarnación de una búsqueda incansable por la verdad interior, un camino que lo ha llevado a través de disciplinas ancestrales y espirituales, transformándolo en un guía para aquellos que buscan algo más allá de lo físico. Su humildad, sabiduría y compromiso con su misión lo destacan entre los grandes maestros contemporáneos. En esta entrevista exclusiva, el maestro nos abre una ventana a su vida y su visión.


Periodista: Matías, tus estudiantes te describen como un maestro profundamente conectado con las tradiciones, pero también como alguien profundamente humano, accesible. ¿Cómo encontraste ese equilibrio entre lo espiritual y lo terrenal?

Matías "Mu Gen": Creo que ese equilibrio se encuentra cuando reconoces que no hay separación real entre lo espiritual y lo terrenal. Vivimos en un mundo de dualidades, pero esa división es solo una ilusión. En el Kung Fu Interno y el Qi Gong, aprendemos que todo es energía; lo que experimentamos en este plano físico es solo una manifestación de esa energía. Aceptar esto te permite caminar con un pie en cada mundo: puedes ser humilde y vivir en la simplicidad, pero al mismo tiempo estar profundamente conectado con algo mucho más grande que nosotros mismos.


Periodista: Te has formado en disciplinas muy variadas, desde el Sipalki Do hasta el Kung Fu Shaolin, Karate, y el Zen. ¿Cómo estas prácticas influyeron en tu vida y en tu forma de enseñar?

Matías "Mu Gen": Cada una de estas prácticas ha sido una etapa en mi proceso de transformación personal. El Sipalki Do y el Karate me enseñaron la importancia de la disciplina y el control físico. Pero fue en el Kung Fu Shaolin donde comencé a entender que el verdadero poder no está en la técnica ni en la fuerza muscular, sino en el Qi, la energía interna. Durante mis años de práctica Shaolin, me di cuenta de que las artes marciales no eran solo un medio para defenderme, sino una forma de cultivarme como ser humano.

El Zen, particularmente en la tradición Soto, cambió mi perspectiva de vida. La meditación me enseñó a ver más allá de la mente, a cuestionar las ilusiones del ego, y a encontrar paz en la quietud interna. Cada práctica me ha guiado a diferentes comprensiones, pero todas apuntan a lo mismo: el verdadero trabajo es dentro de uno mismo.


Periodista: Hablando del Zen, ¿qué significado tiene para ti el nombre "Mu Gen" que te otorgaron durante tu formación?

Matías "Mu Gen": El nombre "Mu Gen" significa "sin fin" o "sin límite", y refleja una verdad profunda que he aprendido en mi camino. En el Zen, entendemos que el ser humano es un reflejo de la vacuidad, del potencial ilimitado del universo. Este nombre es un recordatorio constante de que no hay un punto final en nuestro viaje. El crecimiento, la evolución espiritual, es un proceso continuo. No soy diferente de ninguno de mis estudiantes; estoy en el mismo camino que ellos, y mi labor es simplemente mostrarles que ese potencial infinito también reside en ellos.


Periodista: Hablas con una humildad que sorprende, sobre todo viniendo de alguien con tanto conocimiento. ¿Cómo mantienes esa actitud ante el éxito y la admiración de tus estudiantes?

Matías "Mu Gen": Nunca he buscado el éxito o la admiración. Mi objetivo es servir. Las enseñanzas que comparto no me pertenecen; son parte de una tradición milenaria. Yo simplemente soy un transmisor de esa sabiduría. Al final del día, mi misión es apoyar a otros en su propio viaje hacia el autoconocimiento. Si mantengo una actitud humilde, es porque reconozco que todos estamos aprendiendo y creciendo. Mis estudiantes me enseñan tanto como yo a ellos.


Periodista: En tu enseñanza, haces un énfasis especial en el Qi Gong y las artes internas. ¿Qué es lo que hace estas disciplinas tan poderosas?

Matías "Mu Gen": El Qi Gong es la puerta de entrada a un nivel profundo de conexión con nuestra energía vital. Muchas personas buscan fuerza en lo externo, pero la verdadera transformación comienza desde el interior. A través del Qi Gong, aprendemos a cultivar y refinar nuestro Qi, esa energía que fluye dentro de nosotros y conecta todo en el universo. No solo estamos hablando de un ejercicio físico; es un trabajo que afecta el cuerpo, la mente y el espíritu.

Cuando te comprometes con esta práctica, descubres que tienes el poder de sanar, de equilibrarte, y de vivir de una manera más plena. Es una experiencia profundamente transformadora, no solo para la salud, sino para la vida misma.


Periodista: A lo largo de los años, también te has adentrado en la Medicina China Taoísta. ¿Cómo conectas este conocimiento con tus enseñanzas de Qi Gong y Kung Fu Interno?

Matías "Mu Gen": Tanto el Qi Gong como la Medicina China comparten las mismas bases filosóficas: el Taoísmo. Ambas enseñan que el equilibrio es clave para la salud y el bienestar. En la Medicina China, aprendí que la enfermedad es un desequilibrio del Qi, y que la sanación implica restaurar ese flujo armonioso de energía.

Mi objetivo como maestro es guiar a mis estudiantes no solo en el aspecto marcial, sino también en su bienestar general. El Qi Gong no es solo una práctica de movimiento, es una herramienta de sanación profunda. Y la Medicina China refuerza esa visión: entendemos al ser humano como una manifestación del universo en miniatura, y cuando aprendemos a equilibrar nuestra energía interna, comenzamos a vivir en mayor sintonía con la naturaleza y con nosotros mismos.


Periodista: ¿Qué mensaje final quisieras compartir con quienes buscan iniciar este camino de transformación a través del Qi Gong y las artes internas?

Matías "Mu Gen": Lo más importante es tener paciencia y respeto por el proceso. En este camino no hay atajos. A veces, los resultados pueden no ser inmediatos, pero con dedicación, comienzas a sentir cómo tu vida cambia de manera profunda. Este es un viaje de por vida. No se trata de alcanzar un punto final, sino de comprometerte a ser la mejor versión de ti mismo en cada momento. Cuando te abres al flujo del Qi y a la conexión con el Dao, el universo comienza a responder de maneras inesperadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

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